20.11.05

Golpe de Estadio


No se puede menos que estar de acuerdo con todo lo que la prensa dice hoy del Barça y Ronaldinho. Pero prefiero aprovechar este espacio para cuestionar muy brevemente lo que se dice del Madrid. Está claro que el equipo no sabe a qué juega, que está fuera de forma, que alinea caprichosamente a jugadores virtualmente retirados. Pero cuando se usa esta evidencia para decir que esto es la prueba del triunfo de la estética sobre el marketing, hay que detenerse a pensar por un minuto.

¿Qué tiene que ver con el marketing disponer del mejor portero del mundo y no haberle renovado contrato hasta hoy? ¿En qué puede haber mejorado una estrategia de mercado haberse quedado orgullosamente sin un medio centro verdadero durante tres años? Y, una vez asumida la insoportable necesidad de cubrir ese hueco, ¿cuáles son las marcas internacionales que presionaron a los fichadores del club hasta llevarlos a la convicción de que traer a Pablo García era un gran negocio? ¿Qué genio de la administración de empresas puede haber aprobado un business plan en el cual el mayor presupuesto mundial para comprar jugadores se da el lujo de tener posiciones en el campo ocupadas por treintañeros sin un solo sustituto? ¿Qué maestro de la mercadotecnia creyó que era un signo de grandeza ningunear a Milito invocando una lesión de dudosa existencia y prefirió pagar más de 20 millones de euros por un defensa británico lesionado? ¿Conocían el principio de la diversificación del riesgo los planificadores del club que decidieron deshacerse de Owen, Morientes y Portillo para confiar en Ronaldo como único "9" del equipo? ¿Sabían lo del retorno sobre la inversión los que dejaron que Eto'o se fuera al Barça hace dos años?

El fútbol es un arte, y precisamente por eso, como el arte mismo, también es un negocio. El marketing también necesita belleza y la belleza necesita cerebro. El Barça, aunque derroche estética dentro de la cancha, no deja de hacer cuentas fuera de ella. Es por eso que sus dirigentes trabajaron durante todo el verano la renovación de Ronaldinho. Es por eso que sus jugadores, incluso las estrellas, rotan. Es por eso que un activo valioso como Messi es cuidadosamente incorporado a la línea de producción del club en un proceso que lleva años de desarrollo, en lugar de -como ha hecho el Madrid- trasplantar a la desesperada un incipiente crack brasileño para ahogarlo en una crisis de la cual no es responsable.

No es por priorizar el marketing -entendiendo por este término la ejecución de técnicas de mercado para obtener el mejor resultado posible- sobre el fútbol lo que ha llevado al Madrid a este presente penoso, sino precisamente lo contrario: por el pobre desempeño que el club está teniendo en el puro y duro campo de la administración de los recursos económicos.